Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos. Primero la va a arrancar,
pero piensa que es una crueldad inútil
y se pone de rodillas a su lado y juega alegremente con la flor, a saber: le acaricia los pétalos, la sopla para que baile, zumba como una abeja, huele su perfume, y finalmente se acuesta debajo de la flor y se duerme envuelto en una gran paz.
La flor piensa: "Es como una flor".
uhy que maravilla la historia del cronopio y la flor. Que grande don Julio. Muy bien el blog, me gustó.
ResponderEliminarSaludos
Me encantó como arreglaste el blog.
ResponderEliminarEl texto,hermoso ♥